Todos sabemos que las fuerzas espirituales están a disposición de todos nosotros en todo momento. A estas fuerzas, podemos llamarlas fuerzas de bendición. No es necesario que primero nos hagamos merecedores de ellas o resolvamos nuestros problemas o trabajemos nuestros síntomas, la bendición siempre está disponible incondicionalmente.
Hay muchas formas de recibir la bendición… puede ser directamente de nuestros padres, abuelos, u otro familiar importante, esto no es lo más común sin embargo. En esta época navideña y de final de año, es normal que los seres queridos y amigos, nos inunden de deseos y bendiciones, y esto es importante también.
Bendecir, o como diría un coplero que bendijo en nuestra inauguración con su canto el nuevo local de Mandala, “bien decir”, es algo que podemos generar, porque esa fuerza de la que estamos hablando es una fuerza interior, de nuestro Sí Mismo.
Podemos realizarlo armando la línea de ancestros y círculos de bendición con piedras en el piso. Tomamos la piedra en la mano, y la sostenemos mientras sintonizamos con las fuerzas y personas que representan. Así en primer lugar, conectamos.
Bendecir no es lo mismo que soltar, ya que soltar pertenece al Yo, y la bendición al Ser. En ambos procesos, dejamos con quien corresponde, las cargas que llevamos por otros.
Aaron Saltiel dice: “Aquí los ancestros constituyen un símbolo del aspecto benevolente de Dios, su gracia, su amor. La bendición consiste en saber que Dios/la existencia, me incluye y me apoya, que no estoy sólo, aislado, no importa en qué lugar y en qué estado me encuentre. Recibir la bendición es un ritual sencillo y muy eficaz. La bendición siempre está, pero no siempre lo sé, porque en algún momento aprendí que estoy aislado y solo. Por lo tanto, realizo el ritual para recibir la bendición.”
La bendición no viene de una sola persona sino que es transmitida, fluye a través de quien bendice. No es lo importante de quien viene la bendición, sino que se manifiesta en la línea de ancestros.
Mencioné realizar la línea de ancestros con las piedras, podemos armar como si fuese el árbol genealógico, y con estos elementos de la naturaleza (las piedras) representar a cada miembro. Según el tema en el que sintamos que necesitamos la bendición de un ancestro (por ejemplo si todas las mujeres de la familia quedan solas, pedir la bendición para que se nos bendiga al tener una pareja), elegiremos la piedra que sintamos que corresponda, la tomamos, conectamos, imaginamos que ese ancestro nos bendice, sabiendo que es una parte del Todo.
Quien toma la bendición, se inclina ante quien la da, es un acto de profunda humildad. El bendecido lleva esto a su vida como un regalo que recibe. El que bendice es el mediador en el proceso.
Este ejercicio, es parte del libro “El arte de amarse – Un Ejercicio Espiritual Sistémico” de Siegfried Essen, basado en el enfoque sistémico, y en las Constelaciones Familiares. En el trabajo con esta herramienta es vital la bendición, aquí quise, como un regalo para estas fiestas, proponerte este ejercicio de recibir la bendición de tus ancestros y sobre todo, invitarte a bendecir a quienes tenés a tu alrededor, tomando tus responsabilidades, liberándolos de lo que no les corresponde y mirándolos con buenos ojos cuando hacen su camino.
Bendecir es ingresar a la Totalidad y es como el contacto de un niño con el amor a través de la conexión con sus padres. Ser bendecido es como la humectación de la flor por el rocío de la noche y como la emanación impensada de su aroma.
Qué recibas un bendecido 2019!!!